lunes, 22 de enero de 2018

Realidad difusa (a.k.a. pompeya 17.d.c.)

Sin embargo, las llamas se aplacaron, bien porque el fuego se agotase por sí mismo, o porque su acumulación fuese excesiva. El amor, poco a poco, se fue apagando por la ausencia, la pena se ahogó por la costumbre; y aquel brillo de incendio que teñía de púrpura su cielo pálido fue llenándose de sombra y se borró gradualmente (...) la pasión se consumió hasta las cenizas, y no acudió ningún socorro, no apareció ningún sol, se hizo de noche por todas partes.
- Madame Bovary, Flaubert 


Realidad difusa disfrazada de quimera
¡Plutón ahora quema!
La causa de la muerte fue su llama,
combustión inocua anunciada. 

Fuego incandescente reducido a cercos de ceniza,
similares al polvo, sí, 
pero estos acabaron hechos trizas.

Delirio sentimental fruto de tu fatua hegemonía,
mi Eva,
no me pidas el Edén si
para ti,
soy carne de cancela. 

Muerte dulce,
mermaron las ganas,
nuestras bocas ya no se peleaban.