"Ya sabe usted que soy adivino", bromeó él. Y agregó en serio: "Esta mañana, cuando me trajeron, tuve la impresión de que ya había pasado por todo esto". Mientras la muchedumbre tronaba a su paso, él estaba concentrado en sus pensamientos, asombrado de la forma en que había envejecido el pueblo en un año. (...)
-¿Qué esperabas?- suspiró Úrsula-. El tiempo pasa.
-Así es- admitió Aureliano-, pero no tanto.
- Cien años de Soledad, García Márquez
Nos volveremos a ver
y destaparemos la distopía del paso del tiempo.
Fingiremos que no,
pero se moverán cosas por dentro.
Llorarán los recuerdos, sí,
¡los recuerdos!
Cuando se den cuenta de que murieron
y no merecieron entierro.
Convenzámonos de nuevo
de que todo quedó en un pasado que no existe,
de que no queda ni un ápice de ganas de ver como cada uno se viste,
triste.
¿Entonces por qué no... - murmuraste pero no dejé que terminaras
siempre nos entendimos mejor con la nuca en la almohada,
mañana ya no quedará nada.
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